Así lo advirtió la Agencia de Salud de la Unión Europea, al señalar que en Dinamarca 214 personas ya han contraído cepas del nuevo coronavirus relacionadas con el visón
La irrupción del virus SARS-CoV-2 tomó por sorpresa al mundo y rápidamente se expandió desde Wuhan, China -en donde se cree que nació en un mercado de animales y estuvieron involucrados en la cadena de transmisión murciélagos y pangolines- a todos los continentes, naciones y en tan solo 11 meses generó más de 53 millones de casos confirmados a nivel global, 1.3 millones de muertos según la Universidad Johns Hopkins y obligó a que se instauren diferentes tipos y esquemas de confinamientos, cuarentenas y aislamientos.
Al mismo tiempo, la comunidad científica avanzó a toda velocidad en dos grandes avenidas para tratar de frenar la propagación del COVID-19, una a través de las vacunas -10 de ellas se encuentran en Fase III muy cerca de la recta final- y en paralelo buscando terapéuticas o tratamientos que puedan neutralizar al virus y aminorar los efectos de la enfermedad en los pacientes.
Con una inminente segunda ola en Europa, el foco ahora está puesto en Dinamarca. ¿Por qué allí? Científicos descubrieron que existe un tipo de transmisión de COVID-19 entre las poblaciones de visones -mamífero carnívoro de la familia de los mustélidos que se asemeja a la nutria- que podría ser que el virus mute rapidamente antes de saltar a los humanos. La advertencia vino de un importante organismo: la agencia de salud de la Unión Europea.
Estas mutaciones conllevan el riesgo de que el virus se vuelva más infeccioso, más letal, altere el riesgo de reinfección o eche a perder las posibles vacunas en proceso. El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) ha publicado una nueva guía para frenar la propagación del coronavirus entre visones y humanos.